Se han escrito libros sobre la importancia de tener un buen clima laboral. Existen centenares de empresas dedicadas al llamado “team building” que ofrecen actividades y seminarios para cementar las relaciones entre trabajadores. Además, se han realizado estudios donde el clima laboral se disputa el segundo y el tercer puesto entre los factores más valorados por los trabajadores a la hora de elegir su empresa. Si esto no fuera suficiente, existe un porcentaje muy importante del trabajo del departamento de RRHH dedicado a la unión, resolución de conflictos y cooperación entre personas.
Mensaje transmitido: disponer de un equipo unido es importante, pero, ¿por qué? ¿Por qué hay tantas empresas que dedican tanto esfuerzo, tiempo y recursos en esto?
Lo enfocaremos desde el punto de vista opuesto. Veremos lo que ocurre cuando tenemos un equipo fragmentado, que se lleva mal y donde existe un ambiente hostil.
-En primer lugar, hay que tener en cuenta que un equipo desestructurado genera rotación. Este puede que sea el punto más importante de todo el artículo. Debes saber que existe una estimación que sostiene que se tarda una media de entre siete a diez meses en adquirir la cultura empresarial en un puesto corriente. Se trata de más de medio año para que los empleados logren un 90% de autonomía y de rendimiento.
Si en tu empresa existe una rotación media muy alta durante los primeros 2 a 3 años, algo está fallando. Debes saber que el 25% del trabajo no ha sido del todo efectivo, ya que interiorizar la cultura de empresa lleva tiempo.
-Afecta a la venganza laboral. Ésta se centra en una búsqueda de compensación cuando se percibe que no has sido bien tratado. La venganza laboral se remonta a contextos de precariedad laboral donde los trabajadores que sufrían condiciones cuestionables de horario y de sueldo (concretamente en contextos de trabajo físico) trataban de ralentizar el avance del trabajo, o directamente buscaban momentos donde no se sufría una vigilancia activa para dejar de trabajar.
Evidencia decir que un clima tóxico y fragmentado favorece este efecto de venganza mencionado. En ambientes de oficina puede manifestarse de maneras tan variopintas como emails que tardan toda una mañana en leerse, excusas inconsistentes, ausencias laborales injustificadas, retrasos normalizados o una improductividad consciente entre los ejemplos más destacados, estos son problemas que contagian al resto del equipo.
–Baja concentración y baja eficiencia. Muy alineado con el punto anterior, un equipo que no esté unido también genera una baja eficiencia, tanto de forma consciente por la venganza laboral, como inconsciente. En climas donde la gente grita o donde se ven volar cuchillos metafóricos de forma continuada, es muy difícil estar concentrado en tu trabajo, incluso cuando los problemas acontecidos no nos impliquen directamente.
–Procrastinación. Es trascendental entender que la apatía y la desmotivación son los dos principales ingredientes para procrastinar. Señalar que las distracciones son algo normal, la concentración plena se estima que apenas dura veinte minutos. Es comprensible por tanto que sea casi imposible pasar 8 horas seguidas sin, por poner un ejemplo, mirar ni una sola vez el móvil. El problema viene cuando la anécdota se convierte en norma. Un ambiente laboral derruido genera malestar, el malestar genera desmotivación, y la desmotivación genera procrastinación.
A modo de conclusión es importante tener en cuenta que las técnicas de team building son importantes no solo para lograr un equipo unido, sino también para mantenerlo.
En resumen, si ejerces un puesto de responsabilidad y quieres que tus empleados sean más efectivos y eficientes, y además quieres trabajar en un clima agradable, te recomendamos invertir en políticas que mejoren la unión de empleados. Los resultados no tardarán en hacerse visibles.
Por el contrario, si eres un trabajador y quieres que tu empresa te trate mejor, nuestra sugerencia es que este post llegue anónimamente a la bandeja de entrada de alguno de tus responsables.